Miles de personas salen en respuesta a
las movilizaciones organizadas por el partido opositor en Rusia,
después de unas elecciones sospechosas la gente sale a la calle para
protestar contra el antiguo gobierno que revalida la mayoría
absoluta.
El actual presidente acusa a Estados Unidos de instigar
estas protestas callejeras y que no permitirá que los sucesos que
ocurrieron en Georgia, Ucrania y Kirguistán ocurran en Rusia. Para
reducir la fuerza de las protestas se tomo medidas tales como cambiar
las fechas de los exámenes para que coincidiesen con el horario de
las protestas o que el ministerio de salud anuncie que se eviten los
tumultos por el peligro de contagio de la gripe. Un intento de
acallar a la población que pide la celebración de unas nuevas
elecciones.
Las acusaciones de la existencia de
juego sucio durante las elecciones que permiten gobernar con una
nueva mayoría absoluta al antiguo gobierno viene acompañadas con
vídeos que atestiguan este fraude electoral, donde se ve como gente
del partido firma las casillas del voto en lugar de una anciana,
insertando votos en los montones mientras se van contando o haciendo
un tour con los mismo votantes para que vayan votando de ciudad en
ciudad. Con estas revoluciones parece que ya tenemos el año
completo: La primavera Árabe, el verano en España, el otoño en
Estados Unidos y el invierno en Rusia, un año de protestas contra
los gobiernos unos por fraude electoral, otros por su mala gestión
económica y otros en busca de una democracia ante la cruel dictadura
que les ha estado gobernado. La crisis parece que despierta el
espíritu critico de los ciudadanos.
El gobierno rechaza la idea de una
nueva celebración de elecciones, mientras las protestas siguen en
aumento a la que ya va camino de ser la manifestación contra el
gobierno ruso más grande desde los años noventa. Una nuevas
elecciones donde estas protestas pueden ser el catalizador para
sacarles del poder lo cual no es algo que puedan permitir. En estas
últimas elecciones consiguieron la mayoría absoluta por la mínima,
y aún así la gente acusa al actual gobierno de manipularlas. Estas
graves acusaciones han ensuciado el nombre del partido de Vladimir
Putin que podría sumarse a la lista de gobiernos derrocados desde
que comenzasen las protestas árabes.
Aún no se ha demostrado que haya
habido fraude electoral por parte de los partidarios del gobierno
actual, pero si se descubre que ha habido tal fraude Putin se uniría
a los lideres de las dictaduras de las primaveras árabes que sienten
demasiado apego por el poder. Si se acaba demostrando este fraude
ante un juicio se demostraría un intento de eliminar la democracia,
un intento de autoritarismo donde un solo poder con mayoría absoluta
pudiese hacer lo que quisiese.
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