Hoy es el día del combate final, las
elecciones generales, después de las campañas realizadas por los
partidos que incluían jornadas maratonianas dando mítines en varias
ciudades. Hoy se verá el fruto de ese arduo trabajo y largas horas
de viaje por todo el país, hoy se verá si toda esta campaña ha
servido para algo. Unos para conseguir llegar a formar un grupo
parlamentario, otros para conseguir la victoria, y quienes esperan
que la caída no sea tan grande como se espera. En este último grupo
se encuentra el PSOE que a pesar de las encuestas aún tienen la
esperanza de ganar.
Hoy día de elecciones viene con
polémica debido a la decisión de la junta electoral central de no
recopilar las quejas o criticas que se supone que por ley están
obligadas a recibir las mesas electorales, justifica esta prohibición
a que si se empieza a recoger estas quejas es posibles que las mesas
electorales no funcionen como debieran funcionar.
Muchos tienen la esperanza de que esta
noche conseguiremos un nuevo líder que consiga calmar a los
mercados, y estabilizar la deuda, pero el favorito para ganar las
encuestas no es que tenga mucha confianza de su pueblo, aunque
tampoco se puede considerar que haya un político que tenga mucha
confianza. Lo normal es que los políticos suspendan en las encuestan
cuando se pide que se le ponga una nota a los lideres políticos o a
los ministros la mayoría suspenden, es más no hay ningún líder de
partido que consiga superar el cinco.
Como podemos confiar en el futuro si no
podemos confiar en quien nos gobierna. La gente apenas confía en la
clase política ya sea por su incompetencia en tomar medidas para
controlar la crisis, los casos de corrupción o por el hastío que se
acumula al ver que nada cambia bajo el gobierno de ese político.
Esto no puede seguir así, esta democracia oxidada en la que el
pueblo no confía en que se solucionen sus problemas y en los que
algunos no se ven representados. Ya lo dice el mismo censo de
votantes donde la mitad del censo electoral no realiza su derecho a
votar, es decir que la mitad de la población no ven que puedan
cambiar su situación a través de un nuevo gobierno. Es la poca
confianza en el gobierno lo que hace que los votantes fieles al
gobierno saliente no vayan a votar y los indecisos se vayan a la
oposición para conseguir algún cambio.
Esperemos que los mercados tengan más
confianza en el nuevo gobierno que salga elegido que la que tienen
los ciudadanos que lo votan.
Es triste pero el combate de estas
elecciones se lucha entre dos únicos combatientes, Rajoy y
Rubalcaba. Esto dos políticos han centrado la atención de toda la
campaña, solo hay que ver la diferencia que tuvieron los dos grandes
debates que se realizaron. Un debate entre los dos líderes de los
principales partidos y otro debate a cinco que se celebro entre los
partidos que tenían grupo parlamentario propio. Claramente el
seguimiento del primer debate fue superior al segundo, pero que se
puede esperar de esta ideología partidista que rige a los votantes
de este país. Aún así si hablamos de confianza en estos dos
partidos que se disputan la presidencia, ninguno tiene la confianza
del pueblo. Uno por no conseguir solventar la crisis y verse obligado
a realiza elecciones anticipadas y el otro por conocerse como
gobierna debido a los años que estuvo en el gobierno y como este
gobierno hinchó una burbuja que acabó explotando y afectando a todo
el país.
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